Reserva La Rioja, vuelve a disfrutar Con un patrimonio centenario y unos escenarios naturales donde escaparse y practicar deporte al aire libre, esta región es también el lugar donde el vino se hace poderoso y la gastronomía se crece. club+renfe para LA RIOJA Seguir leyendo Los monasterios de Suso y Yuso de San Millán de la Cogolla, uno de los símbolos del legado histórico de La Rioja, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Tierra de gran diversidad, La Rioja se define como un mágico rincón escondido en la región más pequeña de España, en cuanto a tamaño y población. Pero, a su vez, también comparte la heterogeneidad de elementos naturales, culturales e históricos que permiten al visitante cambiar de mundo a cada paso sin hacerlo de territorio. La Rioja es la diversidad en la proximidad. En apenas 200 kilómetros de oeste a este y escasamente 60 kilómetros de norte a sur, La Rioja acoge siete valles singulares con pueblos en los que olvidarse de la urgencia diaria y que invitan a desconectar en sus protegidos espacios naturales. Es una tierra que debe disfrutarse con calma y beberse sorbo a sorbo para no perder ninguno de sus detalles, para aprovechar todos los regalos que constantemente ofrece al visitante. El día a día en esta tierra con nombre de vino discurre entre fogones, experiencias, bienes culturales y majestuosos parajes. Las viñas se multiplican aquí y allá, a través de más de un centenar de localidades, desde Foncea hasta Aguilar del Río Alhama. La cultura del vino riojana, admirada en todo el mundo, pone en valor la historia y cultura de esta tierra, la identidad que nace desde la cepa y el campo hasta la copa. Hoy en día, el enoturismo en esta tierra es más que visitar una bodega o catar en un wine-bar. Es conocer el origen del vino desde la viña con el viticultor, pasear a caballo, conducir un segway, recorrer en bici viñedos centenarios o sobrevolar en globo una región que es un mar de viñas. Adivinar y conocer un vino desde la barrica, descubrir maridajes, viajar por su arquitectura e incluso trasladarse en el tiempo a través de los calados subterráneos de sus bodegas centenarias. La gastronomía y el vino, celebran a cada instante un maridaje, una unión terrenal que se disfruta en cualquier mesa de restaurante o en cualquier barra de bar. Por eso, no es casualidad que La Rioja ostente el galardón de ser la región de España con más estrellas Michelin por habitante, una tierra de frontera abierta a la influencia sin traicionar su esencia. La naturaleza riojana es generosa. A pie, en bicicleta o a caballo, recorrer senderos, valles, desfiladeros o montañas, ser paleontólogos en parques de aventura; actividades náuticas en el pantano de El Rasillo o en los caudalosos ríos de la región o practicar el golf, se afianzan como actividades con las que disfrutarás y conectarás con la naturaleza y el aire libre. Respirar aire puro en el Parque Natural de la Sierra de Cebollera, descubrir la Reserva de la Biosfera de los valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama, declarada a su vez destino turístico Starlight por la calidad de sus cielos para la observación de estrellas o recorrer los más de 650 kilómetros de itinerarios verdes; son experiencias turísticas auténticas que ofrece esta tierra para todos los públicos. La Rioja, te dejará huella. Además de poblados celtíberos como Contrebia Leucade; tiene la suerte de poseer 170 yacimientos con más de 11.000 huellas distribuidas en 22 municipios que, por su número, calidad y estado de conservación, conforman uno de los conjuntos más importantes de este tipo de recursos paleontológicos a nivel mundial, Tierra de caminos, por aquí pasa el Camino Ignaciano y confluyen tres rutas para llegar a Santiago de Compostela: Camino de Santiago Francés, Jacobeo del Ebro y Camino Vasco de interior. Hablar de La Rioja es hablar de palabra. Su historia hunde sus raíces en monasterios y leyendas que muestran como fue tierra fronteriza codiciada por pueblos y reinos. Los monasterios de Suso y Yuso de San Millán de la Cogolla, uno de los símbolos más preciados, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y cuna del español por ser el lugar donde se esconden las primeras palabras del castellano. Este verano toca descubrir, degustar, andar, pedalear, montar a caballo, reír, y por supuesto dormir a pierna suelta para descubrir los alojamientos. Esa es la esencia durante todo el año de La Rioja, la tierra en la que disfrutar de esas pequeñas cosas que siguen emocionándonos.