Texto Rosa Alvares Foto Juanlu Real Silvia Abril 50 años / “hice una conga en un tren” La energía contagiosa de Silvia Abril (Mataró, 1971) es comparable a un tren de Alta Velocidad. “Soy un terremoto, una bola de fuego… Llevo en el ADN esa fuerza”. Con 11 años, descubrió que la esce-na era un lugar fascinante donde estar, aunque de mayor estudiara Derecho. Sin embargo, su encuentro con el grupo Comediants le hizo cambiar las leyes por el teatro de calle. Desde entonces, disfruta alegrando la vida a los demás con espacios como LOL. Si te ríes, pier-des (Amazon Prime Video), un concurso que reúne a diez humoristas que intentan por todos los medios que sus colegas se partan de risa y sean descalificados. ¿La comedia es hoy más necesaria que nunca? Los humoristas hemos sido una válvula de escape para relajar a tantas familias que convivían en espacios reducidos, en situaciones extremas. Fue una época muy dura; pero también la desescalada que ha venido después. Los seres humanos resistimos más de lo que pensamos, pero luego hay que poner una sonrisa a lo vivido. ¿Y cómo le echamos humor a tanto dolor, a tantos muertos? Sé bien de lo que hablo: se me ha ido mi tío, una de las personas más importan-tes de mi vida. Pero mi cometido sigue siendo el mismo de siempre, que la gente lo pase bien. A su público habitual se suma el infantil, al que dedica los libros que escribe dentro de la serie editorial Las fantásticas Hormiguets. Me inspiro en mi hija Joanna y sus amigas. Junto a ellas y sus padres, hemos compartido colonias, casa rurales, campings… Todo lo que cuento lo hemos vivido. Y ellas están encantadas, porque reviven todas esas aventuras en los libros. Dice que como madre es permisiva. Ser madre es muy difícil, educar lo es aún más; pero, instintivamen-te, lo que me sale es darle instrumentos para que ella explore, para que gane confianza en sí misma. Porque la autoestima es muy impor-tante, no temerle a nada, perder el miedo al ridículo. Le estoy dando herramientas para crecer feliz, para que el mundo no le pueda hacer demasiado daño. Los cómicos no pueden tener demasiada vergüenza. ¿Eso les hace más fuertes que el resto? El humor nos permite surfear las olas que vengan, pero no nos hace más fuertes. Porque, al jugar con nuestro propio cuerpo y emocio-nes, también hay mucha inseguridad, te expones mucho. A mí me ayuda a llevar el día a día mejor, porque pasamos por aquí una vez, y si hay que tomárselo todo muy a pecho, uno no se levantaría por las mañanas. La vida está para comérsela, para jugar todo lo que puedas. Hablando de la maternidad, dice que también ha descubier-to un lugar de sombra. Sobre todo en la etapa inicial, tú pasas a un segundo plano, te borras como mujer. Aunque te compense porque es una opción que tú has decidido vivir con tu bebé, con tu pareja, con toda la energía pues-ta en eso. Sin embargo, como mujer sientes que tu cuerpo cambia, tus necesidades físicas también. Es difícil mantener tu esencia. Afortunadamente, eso se va recolocando. Otro momento complicado en la vida de las mujeres es lle-gar a determinada edad. Usted acaba de cumplir unos 50 que no lo parecen en absoluto. Soy una afortunada y agradezco el momento que estoy viviendo, llena de proyectos. Pero no siempre es así. Es cierto que algo está empezando a cambiar, que hay muchas más mujeres que lideran historias. Está en nuestras manos: no podemos esperar a que el cambio venga de manos de los demás. Hay muchísimo trabajo por hacer, pero tenemos que sacarlo adelante nosotras, ¡con ayuda de los hombres! Su agenda está a tope. Además de LOL. Si te ríes, pierdes, estoy en el programa de radio El grupo, en la Cadena SER; pongo voz a la hermana de Peter Rabbit, y en teatro estamos con El éxito de la temporada, que celebra 30 años de El Terrat y permanecerá hasta el 27 de junio en el teatro de La Latina, después haremos gira. La esperan muchos meses de maleta y viajes… Me llevo muy bien con los trenes. Durante muchos años, hice el trayecto Mataró-Barcelona para ir a estudiar. Es uno de los más bonitos que pueda soñar un viajero porque la vía pasa junto al mar, bordea los pueblos de la costa del Maresme… El tren es un parénte-sis donde aprovecho para leer, ver series… y hasta hacer una impro-visada fiesta, como ocurrió en un viaje de Sevilla a Madrid con mis compañeros de Masterchef: estábamos solos en el vagón, pusimos música, al final, hicimos una conga por el tren y la gente flipó al vernos.