diante una cúpula que, a la vez que proporciona sombra, organiza los recorridos de los dos nuevos edificios y las nuevas zonas exteriores, que se conectan e integran con las ya existentes. Exteriormente, las fachadas de las diferentes piezas se acaban en mármol travertino italiano procedente de las canteras de Tívoli (Roma), mediante un sistema de fa-chada ventilada con junta de bolsillo. Otros tipos de pie-dra, como la caliza del atrio o el mármol negro Marquina del plano del suelo, se utilizan para acentuar o manifestar diferentes elementos. Sin embargo, el travertino es el ma-terial principal del edificio, el que aglutina y conecta los diferentes temas del proyecto. El gran reto del atrio. El atrio, cubierto por una cúpula de 777 piezas de 250 kg parametrizadas y encajadas entre sí, actúa, a nivel simbólico, como punto de recepción del edifi-cio y como punto de encuentro. Además, organiza el acceso a las dos piezas y se conecta con los espacios de vestíbulo en el interior de cada una de ellas. Esta concatenación de espacios es la espina dorsal del proyecto, en torno a la cual se articulan todos los usos y recorridos del proyecto. Estructuralmente, el atrio supuso un desafío. Para continuar con la lógica estructural de la obra, se ejecutó El proyecto se compone de dos volúmenes separados: el edificio docente y el auditorio, que contienen los diferentes usos del centro Nueva sede de la IESE Business SchooI / portada