+de 200 KM/H Bombas Gens © View Pictures / Getty Images. © Estudio Savage. Adrián Salvador Candela es artífice del Studio Savage, director creativo de su firma, autor de los uniformes de Only You Valencia y fundador del Máster de Artesanía Contemporánea Barreira Arte + Diseño. “Todo producido apoyando los oficios y la sostenibilidad”, puntualiza. De crear bombas hidráulicas a crear arte: esa es la evolución del Centre d’Art Bombas Gens, que acoge la colección de la Fundació Per Amor a l’Art de José Luis Soler. Seguir leyendo Candela –el talento detrás de Studio Savage, espacio mul-tidisciplinar del que surge su firma ropa sostenible y minima-lista, además del primer máster en Artesanía Contemporánea Barreiro Arte + Diseño– es un representante más de una gene-ración que proyecta su tradición hacia el futuro. También están Ovidi Benet y su toque arty (suyas son las alfombras ópticas de la firma BSB o sets en los que fotografía a la cantan-te Nathy Peluso); Clap Studio, capaces de intervenir el Velas i Vents de David Chipperfield o firmar tumbonas para Gandía Blasco; Lebrel, que reinventa la ebanistería; o Sara Sorribes, trabajadora del vidrio y colaboradora de los muebles con base de forja de Cristina Omarrementería. Una nueva hornada pre-cedida de estrellas como Jaime Hayón o Inma Bermúdez, ade-más de los veteranos Francis Montesinos o Javier Mariscal, a quienes se dedicará respectivamente dos documentales, Las otras caras del mito y L´alegria de viure. “Queremos sacar el diseño del entorno endogámico en el que estaba y generar un relato que apele a toda la sociedad. Posicionarlo como herramienta de transformación capaz de mejorar la calidad de la vida y potenciar la economía”, explica Xavi Calvo, director de la edición, una reconquista del espacio que ocupó la ciudad en este ámbito hasta los noventa, cuando se medía con el Salone de Milán. Así me gusta a mí ¿La intelectualidad y la ruta del bakalao juntos? Sí, por algo existe el concepto “cultura de club” y la ciutat tuvo mucho que decir sobre la música techno y la arquitectura de las macrodiscotecas. De ahí que el Institut Valencià d’Art Modern presente en marzo Ruta gráfica. El diseño del sonido de València, una muestra de la cartelería y merchandising que acompañó toda una época. Con el remember (como se llama en las pistas a los temas de décadas anteriores) de Spook o Barraka de fondo, para aligerar el paso, es momento de redes-cubrir los nuevos viejos monumentos urbanos. Un mapa del diseño entre rascacielos y azulejos València es la ciudad de los 15 minutos, la medida de distan-cia que separa a pie un punto de interés de otro. Por ejem-plo, lo que va del modernista Mercat Central, donde el chef Quique D’Acosta tiene una barra, hasta el restaurante de Ricard Camarena en las instalaciones de Bombas Gens, un gigantesco hangar de ladrillo rojo en el que se fabricaron bombas hidráulicas, rehabilitado por Eduardo de Miguel, ampliado por Ramón Esteve y que, entre sus chimeneas, acoge imágenes de Nobuyoshi Araki, Mapplethorpe o una instalación de la donostiarra Cristina Iglesias. Estos espacios forman parte del Mapa del Disseny, una cartografía de los iconos para volver a apreciar rincones a los que los valencia-nos se habían acostumbrado, como la Torre Ripalda, conoci-da como la Pagoda, un rascacielos levantado a principios de los 70 por Antonio Escario, José Antonio Vidal y José Vives con una fachada de azulejos que cambian de color con la luz y que se levantó sobre el Palacio Ripalda. O descubrir otros nuevos, como el Teatre el Musical, de Víctor Gosálvez, que forma parte del resurgimiento del Cabanyal. Bajando en la parada de metro de Godella está Espai Alfaro. Cuatro edificaciones que ocupan 7.000 m2, que nacieron con el taller del escultor Andreu Alfaro y que hoy es centro de expresión creativa con el edificio que albergaría la Colección de Objetos Cotidianos Alfaro Hofmann, una enorme bibliote-ca o la plaza poblada de grandes esculturas. “Y el taller trans-formado en aula donde impartimos un máster en arquitectura y diseño. Sobre él mismo hemos podido ubicar nuestro estu-dio”, cuenta el arquitecto e inquilino Fran Silvestre. Jarrones, cántaros y hallazgos arqueológicos València es la capital de la cerámica, no solo por sus azulejos. Aquí, los autores que trabajan el barro luchan porque se les valore como es debido. “No es un arte menor”, exclama Ana Illueca. “En el siglo XIV, nuestros alfareros recibían encargos de reyes y papas. En el XV, Manises exportaba loza dorada a toda Europa, Rusia o Egipto. Y en el XIX empezamos la industrializa-ción con talleres como los de Alcor”, indica. Esto le llevó a crear ADN Cerámico, plataforma que busca promover a los mejores autores que trabajan el barro. “Queremos crear símbolos positi-vos de nuestra región, para generar autoestima colectiva”, expli-ca. Poco a poco han dado el salto a galerías de arte, junto a com-pañeros como Cuit, DoManises o los internacionales Canoa.Lab, presentes en salas de Nueva York o Singapur, donde mues-tran jarrones y cántaros que parecen hallazgos arqueológicos del fondo del Mediterráneo. “Nuestro proyecto no existiría sin las sociedades que han sido bañadas por este mar. Las formas, las superficies y los colores de nuestras piezas son reflejo de esos siglos que nos anteceden, de esas culturas que han entendido el barro como materia para contar historias”. Aquí, el pasado es una valiosa herramienta para la modernidad.