Norma Deseke y Christian Cherene, cofundadores de BeAnotherLab, han desarrollado un sistema que convierte en realidad el sueño de cambiar de cuerpo. Una ilusión perfecta gracias a la realidad virtual. Texto JULIA MENGELER Ilustración BLUSH DESIGN LEERENTrEVISTA BeAnotherLab BeAnotherLab Norma Deseke es antropóloga cultural y social, y vive en Berlín. Christian Cherene acumula muchos años de experiencia con sistemas cognitivos e interactivos. Vive en Barcelona, donde ambos fundaron la organización interdisciplinar BeAnotherLab en 2013. Sus ocho miembros investigan las sinergias entre tecnología y humanidades desde una perspectiva académica, en colaboración con una red internacional de expertos e instituciones. beanotherlab.org Habéis inventado un sistema de realidad virtual que permite a dos personas inter-cambiar sus cuerpos, literalmente. ¿Cómo funciona? Christian Cherene (CC): Es un sistema de rea-lidad virtual que combina auriculares de reali-dad virtual con diversas técnicas de teatro in-mersivo. Existen varios modelos. Uno se llama Narrativas corpóreas e intervienen dos perso-nas. La primera adopta el papel de narrador y la segunda escucha la historia desde el otro cuerpo. En otro modelo, los dos usuarios inte-ractúan entre sí y hacen exactamente los mis-mos movimientos, pueden alargar la mano y to-car un objeto real. Todo concuerda, pero se les ve a través de los ojos de la otra persona, por lo que sienten que se mueven con otro cuerpo, no con el suyo. ¿Y cómo se crea esta ilusión? Norma Deseke (ND): En nuestra aplicación, el truco está en que los usuarios ven su entorno real e inmediato, pero a través de los ojos de otra persona, mientras que, en general, la rea-lidad virtual suele situar a las personas en en-tornos generados digitalmente. CC: El único elemento que modificamos es el visual, los demás sentidos permanecen inalte-rados. Solemos pensar que tenemos cinco sen-tidos y que funcionan de forma independien-te, pero en realidad se influyen mutuamente, proporcionándonos un sentido coherente de nuestra persona y de cómo nos situamos en el mundo. ¿Para qué se diseñó inicialmente esta “má-quina para ser otro”? CC: Simplemente para explorar, no tiene una finalidad concreta. Al adentrarnos en una rea-lidad ajena, abrimos la puerta a nuevas mane-ras de entendernos. Nuestra percepción de los demás se amplía, pasando de algo abstracto como “Entiendo lo que dices” a “Siento lo que dices”. ND: Vemos la máquina como un punto de par-tida, una herramienta creativa. La cuestión es: ¿qué quieres hacer tú con ella? ¿Cómo podemos hacer que las cosas mejoren para los demás? Estamos completamente abiertos a cualquier tipo de colaboración que nos ayude a encon-trar las respuestas. ¿En qué estáis trabajando ahora mismo? CC: Recientemente hemos colaborado con la red European Starts, una iniciativa de la Co-misión Europea que utiliza el contexto artís-tico como centro de innovación para tecnolo-gías centradas en las necesidades y los valores humanos. También hemos colaborado con un proyecto educativo de formación del profeso-rado. El objetivo era descubrir qué experimen-tan los niños con discapacidades como la dis-lexia, y cómo se deberían rediseñar, desde su perspectiva, los procesos educativos para res-ponder a sus necesidades concretas.