Forman una de las parejas más inquietas del mundo de la pizza. Su visión es gastronómica pero, a la vez, fiel a la tradición de este plato italiano. De la mano, de los artífices de Infraganti Pizza Bar, recorremos su querido Alicante en una ruta redonda. Texto javi sánchez +chefs Raquel Perramón y Gonzalo Infante Seguir leyendo Gonzalo Infante y Raquel Perramón han situado Infraganti Pizza Bar como una de las mejores direcciones de cocina italiana en Europa. La pasión por la pizza impulsó a Raquel Perramón y Gonzalo Infante a iniciar un viaje en busca de uno de los grandes gurús de este plato: el napolitano Franco Pepe. De allí se trajeron “mucha inspiración” para crear su propio negocio que permitiera satisfacer esa búsqueda (infructuosa hasta entonces) de una piz-za de calidad en Alicante. En los cuatro años transcu-rridos desde la apertura del primer Infraganti Pizza Bar, han mantenido una puesta clara por las masas de alta calidad y los productos de kilómetro 0. “Un ejemplo es la Cabronara, que no Carbonara, que hici-mos porque nos parecía que tenía todo el sentido contar con los quesos de cabra de una vaquería de nuestro entorno”. Entre las favoritas del público está La Quinta, que incluye queso Fior di Latte, pasta de trufa y lascas de parmesano de 24 meses. Para esta pareja, lo importante es “ir mejoran-do poco a poco la pizza”, tirando de las verduras del huerto ecológico familiar e introduciendo las mejo-ras que prueban en su incipiente laboratorio de I+D. Actualmente cuentan con locales en Alicante, El Campello, Elche y Murcia, su trabajo ha sido inclui-do en el ranking europeo 50 Top Pizza y reconocido, además, con un Solete Repsol. Pero como no solo de pizza vive el hombre (aunque sea muy, muy buena) les pedimos sus direcciones favoritas para disfrutar Alicante a lo grande. Espaguetis de calabacín “Para empezar el día, recomendamos el café de Hermanas Martínez (Cid, 20). Tienen un brunch con platos de inspiración mediterránea que merece mucho la pena”. Y en la misma línea de cocina saluda-ble, otra pista: Bodhigreen (San Fernando, 46). “Es un vegetariano con platos muy sabrosos”, como el esto-fado norteafricano de verduras o los zoodles, espa-guetis de calabacín. También les encanta el ramen de Natsu (Reyes Católicos, 57). Raquel Perramón proviene de una familia de hos-teleros con una enorme tradición en Alicante, y entre sus favoritos no falta la hamburguesería Tribeca (San Fernando, 18). “Es el primer local que montó mi padre en 1979”, explica. “Allí preparan su propio pan, la carne es de muchísima calidad y, además, hay una enorme variedad de entrantes con opciones saludables como guacamole, que el propio cliente prepara a su gusto con ayuda de un mortero”. Para Gonzalo, el mejor arroz es el que se disfruta en uno de los más emblemáticos restaurantes de la ciudad, Monastrell (Avda. del Almirante Julio Guillén Tato, 1), donde oficia la madre de Raquel, la chef María José San Román. “El arroz a banda con bogavante es brutal. Además, el local tiene unas vistas privilegiadas del castillo de Santa Bárbara y del puerto”. Alicante es ciudad de barras, y una de las mejores, en opinión de la pareja, es La Taberna del Gourmet (San Fernando, 10). “Es una gozada: un sitio fantástico para poder disfrutar de un plato de buen jamón, unas gambas o unas ostras”. Helados de tiramisú y pistacho Horchatas y helados son las dos opciones clásicas para acompañar un paseo vespertino por Alicante. Para la mejor versión de la primera, recomiendan el Kiosko Peret (Explanada de España, 1). “Un icono de la ciudad. Y puedes pedir la horchata sin azúcar”. Para helados, eligen Livanti (Muñoz, 6): “Han importado de Sicilia el arte de hacer buen helado. Los de pistacho y tiramisú están especialmente buenos”. No se resisten a sugerir una pequeña excursión a El Campello para conocer La Vaquería (Carretera Benimagrell, 52). A un cuarto de ahora de Alicante está “el mejor asador para disfrutar tanto de un chu-letón como del mejor pescado de lonja”. Al frente, Sebastián Abad, formado en el mítico Etxebarri de Vizcaya. Un colofón perfecto a una ruta irresistible-mente hedonista.