ria del laboratorio creativo que lleva su nombre (Via Giovanni Rasori, 7). “Desde pequeña, la flora ha sido para mí objeto de juego y creatividad. Tras formarme en Londres, regresé a mi ciudad, donde las flores cambiaron mi percepción de ella, haciéndola parecer más viva, colorida y fragante”. Como apun-ta Baldeschi, “las estaciones y la armonía de la naturaleza son la mejor inspiración. Milán empieza a florecer a finales de marzo con sus magnolias; luego se tiñe de color lila gracias a las gli-cinas, y muros y plazas se llenan de jazmines y rosas. Es cuan-do la ciudad alcanza máxima belleza”. También la logran sus © Domitilla Baldeschi Fiori La ciudad italiana lleva siglos entregada al paisajismo y a sus coquetos ‘giardini’. //ENG The Italian city has for centuries been committed to landscaping and its charming ‘giardini’. Domitilla Baldeschi, diseñadora floral.// ENG Domitilla Baldeschi, floral designer.