Seguir leyendo La otra Semana Santa zamorana El turismo de interior se consagra en la provincia castellana. Aparte de su importante Semana Santa, ofrece al visitante un sinfín de posibilidades para adentrarse en una tierra llena de encantos culturales y naturales. club renfe para Diputación de Zamora Más información: turismoenzamora.es Edificios modernistas en el centro de Zamora, ciudad que se encuentra en la Ruta Europea del Modernismo, en la que se incluye un exclusivo grupo de municipios. La Semana Santa de Zamora tiene muchos adeptos. Todos los años miles de personas ponen rumbo a la capital castellana para disfrutar del paso de hermandades y cofradías en las procesiones que se celebran en los días centrales de esta Pasión, declarada de Interés Turístico Internacional en 1986 y Bien de Interés Cultural en 2015. Pero no solo de procesiones viven los viajeros que hasta allí se desplazan. Muchos buscan nuevos alicientes: descubrir monumentos con los que llenar su fondo cultural, visitar lugares con encanto que la naturaleza nos ofrece gratuitamente o descubrir ancestrales tradiciones. Zamora, que se levanta sobre un cerro estratégico, defendido al sur por el río Duero, está en plena Ruta de la Plata. Tuvo tres recintos amurallados, de ahí el sobrenombre de Zamora la Bien Cercada. De ellos se conservan el castillo, cubos y puertas, tramos de murallas, que ofrecen bellas panorámicas sobre el río. La ciudad cuenta con un curioso récord: concentra el mayor número de edificios románicos por metro cuadrado de una ciudad europea. Más de una veintena de iglesias de ese estilo se esparcen por la capital, por lo que su casco antiguo ha sido declarado Conjunto Histórico. Visitas obligadas son su catedral, del siglo XII, y el castillo, actual Centro de Arte Contemporáneo Baltasar Lobo. Sobre el río están las Aceñas de Olivares (siglo X) y el puente de piedra (siglo XIII). Más sabor medieval se encuentra en las rúas de los Notarios y de los Francos. Ciudad modernista La ciudad vivió también un importante desarrollo urbanístico y arquitectónico desde mediados del siglo XIX, cuyo punto culminante fue la etapa modernista. Entre 1875 y 1930 se elevaron multitud de inmuebles eclécticos e historicistas, otros de carácter industrial y, sobre todo, numerosos edificios modernistas. La brillantez de estos últimos ha permitido la inclusión de la ciudad en el exclusivo grupo de municipios que forman la Ruta Europea del Modernismo. Y no faltan tampoco ejemplos de construcciones contemporáneas galardonadas con premios nacionales e internacionales. Pero también se puede salir de la capital y viajar a algunas poblaciones de la provincia que cuentan con grandes atractivos. Por ejemplo, el Monasterio de Santa María de Moreruela, en el pueblo de Granja de Moreruela. Un monumento histórico-artístico que fue la primera fundación cisterciense de la península, allá por el siglo XII. En la actualidad, solo quedan las ruinas del que fue uno de los más importantes de la zona. O visitar la iglesia visigótica del siglo VII de San Pedro de la Nave. Reclamo internacional Otro pequeño pueblo que guarda un importante tesoro es Bercianos de Aliste, conocido mundialmente por su Semana Santa, y en concreto por la procesión del Santo Entierro, el Viernes Santo. Unas celebraciones que no dejan indiferente a nadie. Un ejemplo de fervor religioso y de cómo mantener unas tradiciones populares desde 1536. Los cofrades desfilan vestidos con su mortaja blanca por haber sobrevivido a una epidemia de peste. Ha sido declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial y Fiesta de Interés Turístico Regional por Castilla y León. La naturaleza se convierte en monumento cuando se visitan paisajes como los de la Sierra de la Culebra, que abarca las comarcas de Aliste, Carballeda y Sanabria. En la zona destaca Puebla de Sanabria, conjunto histórico-arquitectónico de montaña, con su pasado de villa defensiva ante los posibles ataques de los pueblos vecinos. Está considerado uno de los pueblos más bellos de España. Dentro del Parque Natural Lago de Sanabria está su lago, que es el mayor de origen glaciar del continente europeo, además de ser una de las áreas de la Unión Europea con mayor densidad de lobos. Y no olvidar los Arribes del Duero, un parque natural formado por un profundo cañón abierto por el cauce del río, con paredes que sobrepasan en algunos puntos los 200 metros de altura. A lo largo de unos 80 kilómetros, el Duero desciende rápidamente de altitud, y se crea un microclima que favorece la presencia de especies vegetales como alcornoques, olivos y viñas.