Gestión para una caza sostenible de la codorniz ¿cómo será la temporada 2024? VER DOCUMENTAL No te pierdas el documental ‘Codornices de media veda’ «Nuestro deber es practicar una caza responsable, asegurando la conservación de las especies y limitando su caza tanto como sea necesario cuando las circunstancias así lo recomienden» Gestión para una caza sostenible de la codorniz Hablar de aprovechamiento sostenible en el mundo cinegético es hablar de número de cap-turas y presión de caza. Hemos de emplear el conocimiento científico para estimar de la for-ma más precisa posible la población de codor-nices de nuestros cotos y su éxito reproductor, de forma que puedan promoverse las prácti-cas y limitaciones adecuadas que aseguren que se capture un número de codornices siempre compatible con su conservación. Parafrasean-do al mundo financiero, hemos de asegurar-nos de que el aprovechamiento cinegético lo realizamos sobre los «intereses», pero nunca sobre el «capital», ya que, de lo contrario, nos acabaremos quedando sin dinero. Las prácticas agrícolas que se aplican en zonas agroce-realistas no sólo suponen un importante factor limitante para el éxito reproductor de las codornices, sino que tam-bién representan en sí mismas un enorme incremento de la presión cinegética sobre la codorniz en muchos terre-nos donde los cultivos de cereales representan la mayor parte del territorio. Antaño, las codornices encontraban un refugio muy importante en las abundantes rastrojeras y sus tupidas hileras de paja, donde el cazador más ex-perimentado, acompañado del mejor perro, necesitaban horas y horas para escudriñar unas pocas hectáreas de rastrojo, levantando, en el mejor de los casos, una peque-ña parte de las codornices que allí se guarecían. Hoga-ño las cosas han cambiado, ya que la mayor parte de los rastrojos se cortan prácticamente a ras de suelo, la paja se recoge acto seguido, incluso pueden encontrarse la-brados cuando se desarrolla la actividad cinegética. Esto implica que las codornices que no hayan emigrado y aún permanezcan en esos terrenos, buscarán defensa en los pocos lugares que puedan brindarles protección y refugio (acequias, zonas de ladera, perdidos, girasol, maíz, etc.), de forma que la presión de caza aumenta porque los te-rrenos donde puede encontrarse la codorniz son mucho más pequeños y limitados. A día de hoy, los cazadores disponemos de una mayor cantidad de datos objetivos que nos permiten articular medidas de planificación y gestión adaptativas para rea-lizar un aprovechamiento cinegético adecuado según las circunstancias de cada terreno y año en particular. Por ejemplo, los datos del proyecto Coturnix están apor-tando datos sobre censos de machos cantores durante toda la primavera, sobre la fenología de los cultivos y las fechas estimadas de la cosecha, de forma que resulta muy factible determinar una fecha idónea de apertura de la media veda cada temporada, especialmente en zonas que se encuentran a mayor altitud y latitud, donde algu-nos años podría resultar recomendable retrasar la aper-tura más allá del 15 de agosto. Por otro lado, el proyecto ha ido recopilando también valiosa información sobre las capturas medias en las di-ferentes regiones biogeográficas de España, de forma que podemos obtener estimaciones más aproximadas de las codornices capturadas, datos que son de utilidad para poder establecer los cupos de capturas y número de días hábiles más adecuado a las condiciones observadas en cada lugar. En este sentido, existen prácticas como el control de capturas mediante precintos (por ejemplo, ya establecido con éxito en Francia para otras especies como la becada) o compaginar los días hábiles con días caza sin muerte (sólo con perro) que actualmente son bienvenidas y acogidas entre el colectivo de cazadores. Se dice que el futuro de la codorniz es incierto, pero, desde luego, resulta mucho menos incierto que el de otras aves esteparias que no disponen de esa elevada tasa de repro-ducción y carácter migratorio. La codorniz es capaz de revertir una tendencia poblacional regresiva con tan sólo un buen año de cría. Entre otros aspectos, su categoría de especie estrella de caza menor viene dada por esa gran ca-pacidad de regeneración, que ha permitido un abundante aprovechamiento cinegético durante muchos años. Sin embargo, es nuestro deber como cazadores practicar una caza responsable, asegurando la conservación de las especies y limitando su caza tanto como sea necesario cuando las circunstancias así lo recomienden. ¿Será buena, mala o regular la temporada 2024? La incertidumbre implícita de la caza no desvelará la respuesta hasta dentro de unas semanas. En las zonas codorniceras del ter-cio norte peninsular, la primavera ha sido ge-nerosa en lluvias, tanto en tiempo como en cantidad y forma, lo que hace ser modera-damente optimistas. Las redes sociales, los móviles, etc., dicen que los meses de junio y julio estaban muy repartidas por toda la penín-sula, incluso en zonas denostadas los últimos años. Lo que desde luego no nos van a quitar es la ilusión de amanecer y atardecer en el campo, con la escopeta al hombro disfrutando de los lances de nuestros perros y rememorándolos en bodegas sedientas como veranos, rodeados de amistad recuerdos y añoranzas.