V iajar a Cuba es como subirse a una máquina del tiempo que no solo te lleva al pasado, sino que también te sumerge en una vibra única, donde la música, la historia y la calidez de la gente se mezclan en una especie de magia caribeña difícil de explicar, pero fácil de sentir. Podrás caminar por calles llenas de color, bailar salsa o ver atardeceres que parecen pintados. Y si tu ruta incluye La Habana y Varadero, entonces prepárate para disfrutar un viaje con alma y playa, cultura y fiesta. ¡Una mezcla perfecta con la que puedes conseguir un 5% de reembolso en tu tarjeta EROSKI Club para próximas compras! La Habana: una ciudad con ritmo propio La Habana no es, ni lo pretende, una ciudad perfecta. Tiene grietas, desconchones, fachadas que luchan por mantenerse en pie. Pero justamente ahí reside su encanto. Es auténtica, viva, real. Caminar por sus calles es como entrar en una película que mezcla los años cincuenta con el calor humano de América Latina. La Habana Vieja concentra la esencia de la capital cubana. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, este sector de la ciudad está lleno de callejuelas adoquinadas, balcones coloniales y plazas que invitan a quedarse horas observando la vida pasar. No te puedes perder la Plaza Vieja, con sus casonas coloridas y sus terrazas llenas de vida, ni la Plaza de la Catedral, donde la arquitectura barroca de la Catedral de San Cristóbal te dejará con la boca abierta. ¡Ah! Si pasas por la puerta, tómate un mojito en La Bodeguita del Medio, el mítico bar donde se inspiraba Ernest Hemingway. Otro de los lugares más emblemáticos de La Habana es su malecón. Más que un muro de hormigón, es el sofá gigante donde se sientan los cubanos a charlar, reír, tocar música, enamorarse o, simplemente, mirar el mar. Al atardecer, la luz tiñe todo de dorado y la brisa del Caribe te acaricia. Ideal para ir sin apuros, con tiempo, y dejarte llevar. Varadero: el Caribe en modo postal Después de unos días en La Habana, lo mejor es escapar al paraíso. Y si de paraísos hablamos, Varadero tiene todas las papeletas para ser uno de los más bonitos del mundo. La arena es blanca y el mar, una locura: una mezcla de azules que, al mirar, no sabes si estás soñando o es real. Varadero cuenta con más de 20 kilómetros de playa, así que espacio para relajarte no falta. Puedes caminar sin rumbo por la orilla, meterte al agua todo el día, hacer snorkel, kayak o tirarte panza arriba a tomar sol y no pensar en nada. A veces, eso también es viajar: desconectar para volver a conectar. En Varadero hay opciones para todos los gustos y bolsillos, pero si lo tuyo es olvidarte de todo y dejarte mimar, los resorts todo incluido son una gran elección. Piscinas infinitas, tragos en la playa, bufets con comida internacional y actividades todo el día. Aunque la playa es su plato fuerte, en Varadero hay mucho más para descubrir. Por ejemplo, la Reserva Ecológica Varahicacos, donde encontrarás senderos naturales, cuevas con pinturas rupestres y hasta cactus gigantes. Otro plan interesante es hacer una excursión a Cayo Blanco, una islita cercana con playas vírgenes y excelente snorkeling. La mayoría de los hoteles organizan salidas en catamarán, así que, además, puedes disfrutar del lujo de darte un paseo por el mar. Cuba no se cuenta, se vive Lo cierto es que Cuba no es solo un destino, es una experiencia. Tiene esa mezcla de historia, cultura, naturaleza y gente amable, alegre y auténtica que la hace única. Es un viaje que te sacudirá el alma y te dejará con ganas de volver antes de haberte ido. Cuba te espera con los brazos abiertos. Y nosotros estamos convencidos de que Cuba te va a enamorar. viajes Cuba la isla que