Cultura helado: Historia tradición del y siglo xvii Desde tiempos antiguos, las nieves recogidas de Sierra Nevada eran transportadas cuidadosamente para conservarse en neveros o pozos de hielo, y se usaban para elaborar refrescos y postres helados aromatizados con frutas, flores o especias. Esta costumbre, heredada de culturas como la árabe y la romana, fue el germen del helado artesanal que conocemos hoy. La diversidad geográfica y cultural de España se refleja también en sus sabores helados. Cada región ha aportado ingredientes, técnicas y tradiciones propias que enriquecen el panorama del helado artesanal:r: Granada: Influenciada por su herencia morisca, los sabores tradicionales suelen incluir especias como la canela, infusiones florales y cítricos como el azahar, el limón o la naranja amarga. Las heladerías de la ciudad conservan recetas que datan de la época nazarí. Menorca: La isla combina sus ingredientes más emblemáticos en el mundo del helado. Se pueden encontrar sabores inspirados en el queso de Mahón o incluso en la ensaimada menorquina, fusionando lo dulce y lo salado de una forma sorprendente y deliciosa. Cataluña: Aquí es común encontrar helados elaborados con crema catalana, frutos secos como avellanas o almendras, y vinos dulces como el moscatel o el vino rancio. Galicia: Los sabores gallegos resaltan el uso de frutas silvestres, licor café, y lácteos de alta calidad procedentes de su reconocida tradición ganadera. Andalucía: En esta región es popular el uso de ingredientes locales como el aceite de oliva virgen extra, el vino Pedro Ximénez y las almendras marconas. Los helados aquí pueden tener un toque gourmet sin perder su esencia tradicional. Ya en el siglo XVII, con la llegada del azúcar de caña y el perfeccionamiento de las técnicas de enfriado, se popularizaron los primeros sorbetes y granizados. En la costa levantina, especialmente en Valencia, nacieron las primeras horchaterías, donde también se comenzaron a elaborar helados a base de almendra, leche y frutas de la región. Influenciada por su herencia morisca, los sabores tradicionales suelen incluir especias como la canela, infusiones florales y cítricos como el azahar, el limón o la naranja amarga. Las heladerías de la ciudad conservan recetas que datan de la época nazarí. La isla combina sus ingredientes más emblemáticos en el mundo del helado. Se pueden encontrar sabores inspirados en el queso de Mahón o incluso en la ensaimada menorquina, fusionando lo dulce y lo salado de una forma sorprendente y deliciosa. Aquí es común encontrar helados elaborados con crema catalana, frutos secos como avellanas o almendras, y vinos dulces como el moscatel o el vino rancio. Los sabores gallegos resaltan el uso de frutas silvestres, licor café, y lácteos de alta calidad procedentes de su reconocida tradición ganadera. En esta región es popular el uso de ingredientes locales como el aceite de oliva virgen extra, el vino Pedro Ximénez y las almendras marconas. Los helados aquí pueden tener un toque gourmet sin perder su esencia tradicional.