EDITORIAL Macarena García Oliver // Directora Movicarga Es curioso ver cómo hay países donde ganar dinero y dar la bienvenida a las grandes fortunas está bien visto y lo ven como una bendición para el país y otros donde parece que el ser empresario y hacer dinero está mal visto. Hay países donde generar empleo, tener inmuebles, ser parte del tejido empresarial y progresar es admirable, y luego está España, donde la presión fiscal e impositiva es cada vez más fuerte, amén de la persecución a grandes fortunas, porque claro, es mejor ensalzar al okupa que al empresario. Es mejor estar al lado del que no paga, que del generador de riqueza. Y esto nos lo quieren vender como socialismo, cuando lo único que están haciendo es empobrecer al país. Nos venden películas que sólo ellos se creen, y la realidad es que pagamos más por las cosas que muchos países de Europa. No fomentan el progreso ni la mejora continua, sino que intentan acostumbrar a la juventud a que papá Estado se “okupe” de mí y que ya desde muy joven tenga muchos derechos y pocas obligaciones y me crea que me lo tiene que dar todo hecho, porque sino me frustro. Hemos llegado a un punto que la gente se preocupa más por ir al gimnasio todos los días y tener tiempo para ellos que de trabajar. Los trabajadores de hoy en día buscan un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, y esto es entendible, pero si cuando empieza su vida laboral no dan lo mejor se sí mismo, mal vamos. Primero demuestra, y luego exige algo, pero no al revés. Contratar a gente competente se ha convertido en una misión cuanto menos imposible. Y es lo que hay. Hay que bajar las expectativas, porque estamos en una sociedad de mediocres que se creen que tener ambición es de extremista. Los jóvenes un poco espabilados y ambiciosos que quieran trabajar, se van a comer el mundo. Pero son pocos. Si os sirve de consuelo, en el resto de Europa están más o menos igual, al menos en nuestro sector, no hay gente que quiera trabajar. Muchos me dicen que la gente no ve este sector atractivo, yo creo que lo de trabajar sin más, no lo ven atractivo. Se han acomodado, hemos llegado a un punto que hemos creado jóvenes de cristal que se mueven en algodón, y en cuanto salen de su zona de confort se quiebran y no son capaces de recuperarse. Si la falta de personal cualificado es un problema, verás las risas en 5 años. Afortunadamente muchas empresas ya están invirtiendo en formación. Pero si no cambia el sistema educativo, no vamos a ningún sitio. Se necesita flexibilidad e ir enfocando la educación para los puestos de trabajo que se demandan. Pero claro, para eso se necesita un Gobierno que piense de verdad en la empresa como motor de la economía y no como enemigo a batir. Se necesita inversión continua en formación profesional y se necesita una campaña urgente de cambio de actitud de la infancia y juventud, inculcarles que el trabajo dignifica, que el trabajo te hace crecer tanto personal como profesionalmente y que cuanto más te esfuerces, mayores serán tus logros. En el mundo que vivimos de la inmediatez esto es complicado. Oía a un experto decir que en este momento en la aplicación de Tik Tok, si en 3 segundos el video no ha captado tu atención, no sirve. Tres segundos, a eso se limita lo que te van a acabar escuchando las nuevas generaciones si no ponemos remedio. Cuando yo estudiaba, se solía decir que cuando estabas escuchando una charla, si los 20 primeros minutos no habían captado tu atención, es que no era una buena charla. Madre mía como ha cambiado el cuento. Soy consciente de lo que ELEVA, con sus asociaciones AECE, ANAPAT, ANAGRUAL, ANMOPYC y FANAGRUMAC, están trabajando en el tema de la formación, y también como las empresas lo tienen como prioridad. Cada vez es más común la visita a empresas de colegios e institutos de formación profesional para mostrar lo que hacen. Pero queda mucho camino por recorrer, no podemos perder ni un minuto en este aspecto. El trabajo parece que continúa y las empresas tienen alta ocupación, por favor, pensar en la rentabilidad de la empresa antes que en ser los que mayor ocupación tenéis del parque. Más vale cobrar más, que ser el que tiene más máquinas trabajando en el mercado. Los precios se van subiendo, pero no es suficiente en muchos casos, eso de no cobrar el transporte al llevar una plataforma, o cobrar una grúa a precio irrisorio, sigue siendo tendencia en muchas partes de España. Con gran orgullo os cuento que he recibido dos premios en abril, uno en Berlín, de IPAF y uno en Barcelona, de AECE. Por el gran trabajo que realizamos y por apoyar al sector, por estar siempre dispuestos allá donde vamos y dar lo mejor de nosotros mismos. Hablo en mayestático, porque este no es un premio para mí sólo, es un premio que comparto con mi equipo, este premio es tanto suyo como mío, porque eso somos, un equipo. Un equipo que lo da todo y que disfruta de lo que hace, que pone ilusión y ganas en lo que lleva a cabo. Es un orgullo, ha sido increíblemente emocionante, y he llorado como una magdalena con los dos premios. No sé si son merecidos, lo que sí sé es que la palabra feliz se ha quedado corta con estos reconocimientos. Compartir estos premios con vosotros me hace especial ilusión porque vosotros sois parte de Movicarga y de estos 50 años que celebraremos juntos como se merece. No puedo decir más que GRACIAS de corazón. FUERZA Y HONOR AMIGOS.