Apenas 48 horas después de llevarse la victoria en las 24 Horas del mítico circuito francés con su Ferrari 499P #50, el piloto gerundense revive las sensaciones que tuvo en carrera y revela que, hasta el final, no pensaba que se alzaría con el triunfo. Texto: ÓSCAR VILLAR / EMILI GONZÁLEZ Fotos: claudio valdés “Ganar Le Mansme quita presión” Miguel Molina Leer entrevista Leer entrevista Ver entrevista Ver entrevista ¿Qué se siente al vencer en una carrera centenaria como las 24 Horas de Le Mans? Es difícil de describir, porque son muchas emociones. En todo caso, detrás de esta victoria hay mucho trabajo, el sacrificio de muchísimos años. En alguna ocasión he dicho que ganando Le Mans ya me podría retirar tranquilo. Lógicamente, cuando eres piloto y consigues un triunfo importante, siempre quieres más, pero a nivel deportivo llevarme la victoria en Le Mans era muy importante para mí, y hacerlo me ha dado tranquilidad, me ha quitado presión. Cualquier piloto de Fórmula 1 o de otras disciplinas automovilísticas sueña con ganar en este circuito... Es una de las tres carreras más importantes del mundo. No hay piloto que no haya visto esta competición alguna vez. Entonces, ser capaz de ganarla, y encima hacerlo con una marca tan importante y con tanta historia como Ferrari, es increíble. De hecho, una de las razones por las que Ferrari empezó en el mundo de la competición fue por las 24 Horas de Le Mans, así que haber ampliado la historia de la marca hace que esta victoria sea mucho más especial. Cuando estás en plena carrera, al volante en una competición como esta, ¿qué te viene a la cabeza? ¿Temes pasarte de frenada, que en una curva te gire el coche en exceso...? Yo no diría que sientas miedo, pero sí, una responsabilidad muy grande, porque no compites tú solo, sino con otros dos compañeros [a bordo del Ferrari 499P #50 también estuvieron el piloto italiano Antonio Fuoco y el danés Nicklas Nielsen]. Entonces, lo único que quieres es dar la mejor versión de ti mismo. La suerte es que los tres tenemos una relación increíble, que ha sido clave para conseguir este resultado. Yo siempre digo que uno nunca gana solo. De hecho, se dice que “solo llegarás más rápido, pero acompañado llegarás más lejos”. Y en una carrera de 24 horas, de lo que se trata es de llegar lejos. Te iniciaste en el mundo del motor siendo un niño. De todas las etapas de tu ya larga trayectoria, ¿cuál has disfrutado más? La actual, por el simple hecho de que he ganado las 24 Horas con un coche con el que llevo involucrado desde el primer momento, desde su ‘nacimiento’ hace dos años... Una vez, me preguntaron qué era lo que más me gustaba del ‘Hypercar’. Pues es el camino que hemos recorrido y ver cómo ha evolucionado el coche desde que me subí en él por primera vez en el Circuit de Barcelona-Catalunya hasta ganar en Le Mans. Ha sido increíble. Claro, porque has participado en el desarrollo del coche, habrás visto sus fotos y bocetos... Y luego has sido testigo de cómo esa idea inicial se materializaba... Sí, y también he pasado muchas horas en el simulador, antes de ver el automóvil físicamente. Luego vas tomando decisiones que pueden conllevar que el coche vaya peor o mejor... Toda esa evolución es lo más bonito del proceso. ¿Qué es lo que más te gusta del Ferrari 499P a nivel dinámico? Yo diría que lo que más me gusta es el paso por curva en curva rápida, que es increíble. También la gestión del motor eléctrico, en la que, de algún modo, puedes personalizar tu forma de conducción. Así el coche ‘te lo haces tú’, y puedes tocar muchos parámetros en el volante para darte la máxima ‘performance’. ¿Y cómo se prepara un piloto, a nivel físico y mental, para competir en una carrera con tanta presión como las 24 Horas de Le Mans? Pues ya tengo bastante experiencia, porque llevo siete años participando en carreras de resistencia. Es cierto que desde el año pasado, que estoy en este proyecto del ‘Hypercar’, he cambiado aspectos concretos de mi entrenamiento, sobre todo pensando en el cuello y la espalda, porque el coche es mucho más exigente. Y, mentalmente, siempre he trabajado con psicólogos deportivos, ya que considero que la salud mental es muy importante en el automovilismo, puesto que hay muchas situaciones que son difíciles de gestionar y hay que tener herramientas para ello. Aunque, en realidad, a mí, no me resultan difíciles de llevar porque compito en este deporte desde hace muchos años. Seguramente, sea más fácil ganar en Le Mans cuando ya lo has logrado una vez que cuando no lo has hecho aún porque, en este caso, sientes la presión extra de pensar que hay que acabar la carrera, que hay que llegar el primero... Sí, así es. Y, en nuestro caso, sobre todo después de lo duro que fue lo que ocurrió el año pasado. Estuvimos muy cerca de conseguirlo, pero una piedra en el radiador del motor eléctrico nos hizo tener que reparar y allí perdimos todas las opciones. Íbamos más rápidos que el 51. Estábamos delante. Simplemente, el año pasado no era el año. Ha sido este. Ocurren tantas cosas en las 24 Horas que uno nunca sabe... De hecho, este año, cuando estaba compitiendo, nunca sentí la tentación de decir: ‘Voy a ganar la carrera’, ni siquiera pensé que podía tener opciones de conseguirlo. Simplemente fueron pasando las horas conduciendo, haciendo el trabajo, concentrado. E incluso, en un momento dado, les pregunté a mis compañeros cuánto me sacaba el piloto de delante y me dijeron: ‘No, no, si el primero eres tú’. Eso te demuestra que, cuando te metes en el coche, te evades de todo y te concentras en hacer lo que toca. En la parte final de la competición a vuestro coche, el número 50, le quedaba poca energía, y el Toyota #7, de Pechito López, Nyck de Vries y Kamui Kobayashi, estaba recortando segundos a cada vuelta. ¿Teníais la carrera controlada en ese momento? Sí, nos decían que llegábamos seguro, que lo que hacía Nicklas era lo adecuado. Estábamos corriendo en agua, en las condiciones más difíciles, y teníamos que ahorrar energía, cuando en agua lo que necesitas es poner mucha más energía en los neumáticos, ser más agresivo para tener ese ‘grip’ extra en condiciones muy complicadas. Pero Nicklas es el mejor de los tres para llevar situaciones así, porque es el más calmado, el más nórdico, el más frío. Tanto Antonio como yo somos más latinos, más de sangre caliente... [ríe]. ¿Cómo celebrasteis la victoria? Pues hasta las 11 de la noche no me puede sacar el mono porque tuve que seguir los protocolos posteriores a la carrera que marca la organización, como la entrega del reloj, poner las manos en barro para que quedaran grabadas para la ciudad, atender a la prensa... Y después fuimos a la casa Ferrari con los clientes de la marca... ¿Cuál es tu circuito favorito y con qué coche de calle de Ferrari correrías en él? Mi favorito es el Circuit de Barcelona-Catalunya. Le tengo una estima muy especial, ya que mis inicios fueron allí. En alguna ocasión he conducido un Ferrari 488 en él. Yo creo que ahora elegiría cualquiera de los coches modernos de Ferrari. También me gustan los antiguos, como el F40, pero seguramente escogería el 296, que combina el sistema híbrido con el de combustión. También me gusta mucho el Purosangue. Si no hubieras sido piloto, ¿a qué te hubiera gustado dedicarte? Creo que a algo relacionado con el deporte, porque mi familia viene de ese mundo. Al deporte de alta competición, imagino. ¿Tenis... o esquí de competición? No sabría decirte. En todo caso, a algo en lo que se demostrara que eres competitivo. Sí... Y, además, lo soy bastante.