León, un paseo por el patrimonio y la gastronomía Visitar esta ciudad y su entorno es descubrir un recetario tradicional y una despensa basada en un producto de calidad arragaido a la tierra. Del Barrio Húmedo al Barrio Romántico, visitar su acervo histórico y parar a degustar una tapa es el mejor de los planes. club+renfe para LEÓN Seguir leyendo El patrimonio arquitectónico de León es amplio, con diferentes estilos, del gótico de su catedral al modernista de Casa Botines (abajo), diseñado por Gaudí. León es una colección de delicias que se puede disfrutar rodeado de siglos de historia, y junto a este legado, está su singular la cultura vitivinícola. ¡En León se come, pero también se bebe! En particular, los vinos de la D.O. León, una zona de producción que ofrece una cuidada selección de vinos para todos los gustos y con personalidad propia, muy cercana al centro de la ciudad y con bodegas donde poder disfrutar de actividades enoturísticas. Hablamos de una singular colección de sabores que se ha ido moldeando por el Camino de Santiago, por las cocinas de palacios y monasterios, por una geografía singular que conecta la meseta con las montañas del noroeste peninsular, por sus ferias y jornadas gastronómicas… Visitar León es disfrutar de una gastronomía en la que confluyen los mejores productos de la tierra, el recetario tradicional, las nuevas vanguardias culinarias y, desde luego, las hábiles manos que día a día se encargan de hacer realidad cada bocado. Comerse León es pasear por las calles, contemplar las profundas huellas de su historia, tomar un vino, una tapa, rodearse de buena gente… Disfrutar de esos momentos que no se olvidan y, al día siguiente, simplemente repetir. Y todo ello en un contexto cultural efervescente, porque León es una de las ciudades de España con una agenda cultural activa: conciertos, museos, obras de teatro, festivales, salas de exposiciones, eventos deportivos, fiestas tradicionales... No debemos olvidar recorrer los tradicionales mercados como el de la Plaza Mayor, donde se celebra uno de origen medieval, o el Mercado del Conde con sus puestos mostrando la esencia más arraigada del producto tradicional, con el Palacio Conde Luna como espectador de tan insigne despensa. León de tapas. Si hay algo típico en León, algo que conjuga la enorme variedad de su despensa con su cultura, eso son las tapas. Elaboradas con morcilla, cecina y otros embutidos, carnes, patata y otras materias primas arraigadas a la tierra. Tapear puede hacerlo todo el mundo, pero para los leoneses se ha convertido en maestría. Puede haber mil recomendaciones, lugares secretos…, pero el mejor consejo será “mira, elige y saborea”. Una larga tradición que alcanza su máxima expresión en dos zonas de la ciudad: el Barrio Húmedo y el Barrio Romántico, aunque no es exclusivo únicamente de estas dos zonas, sino que la cantidad de bares y establecimientos repartidos por toda la ciudad permiten experimentar la cocina en miniatura. El gran hacer de la hostelería leonesa rebosa trabajo por los cuatro costados y, en este caso, aquí sí que no importa el tamaño, porque lo que prima es el sabor y la calidad, se busca el buen producto. Estas pequeñas muestras de la mejor gastronomía en miniatura, que acompañan siempre a un buen vino o a una cerveza fresquita –que León también es muy cervecera– se han convertido en una clara seña de identidad de la cocina local. León de fogones. Construida a partir de una despensa fuera de serie, la cocina leonesa tiene su siguiente pilar en unos fogones que han sabido sacar, desde siempre, el mejor partido a los productos de la tierra. En esa despensa y en ese recetario, las manos expertas que trabajan tras los fogones leoneses se encargan de hacer realidad todo tipo de maravillas culinarias, desde lo más tradicional hasta la vanguardia gastronómica; de esos ricos platos de cuchara para sobrellevar el invierno al uso de nuevas técnicas que permiten reinterpretar todos esos ingredientes. León es también lugar de nuevas propuestas gastronómicas, ejemplo de ello las estrellas Michelin del restaurante Concinandos y Pablo. Un amplio abanico de posibilidades con propuestas para todos los gustos y presupuestos, pero siempre con el sabor de la mejor gastronomía local.