Si, desde hace años, la palabra sostenibilidad es omnipresente en las reuniones estratégicas de las compañías de todos los tamaños y sectores, hoy tiene una dura competidora en impacto. Además de analizar cómo reducir al mínimo los impactos negativos –por ejemplo, en materia de emisiones o de residuos– generados por la propia actividad empresarial, el gran objetivo es transformar esta en algo que no solo cumpla las expectativas comerciales, sino que tenga además un impacto positivo en el sistema, impulsando cuestiones como el empleo de calidad, la inclusión o la igualdad. Como algo transversal a todas las personas, la movilidad puede ser un gran generador de impacto positivo Lee la crónica completa El sector de la movilidad está inmerso en una transformación que va mucho más allá de la electrificación o de las medidas con meros objetivos de descarbonización. En un contexto como el actual, el gran objetivo es construir alianzas sólidas que se traduzcan en mejoras para la vida de todas las personas. Los desafíos a los que nos enfrentamos requieren de una mirada amplia, capaz de entender la complejidad e interdependencia entre lo medioambiental, lo social y lo tecnológico. Los cambios cosméticos no son suficientes: el planeta y la ciudadanía demandan medidas concretas que impacten y ayuden a que ese cambio sea real y tangible.