Seguir leyendo En sus años en Londres, Diego García-Vega (Madrid, 1997) acostumbraba a salir corriendo junto a sus amigos de entre los contenedores. “No nos dejaban recoger la comida, aunque rebosase en perfecto estado. Como estudiantes en una ciudad rica, contábamos el dinero y no era fácil tener una alimentación rica y variada”, rememora. De aquella experiencia nació Zero Food Waste, iniciativa aún vigente que nutre a mujeres sin techo del excedente de las cafeterías universitarias. Sobrino de Nacho y Antonio Vega, de Nacha Pop, el madrileño no siguió sus pasos en la música (“tocaba en un grupo en bachillerato, pero lo dejé”) y protagoniza la serie gastronómica Chef sin desperdicio, cuyas dos temporadas pueden verse completas en HBO Max. “Queríamos hablar del desperdicio de alimentos, alimentación sostenible y emergencia climática, viajar por Europa explorando contextos locales y cocinar con chefs innovadores e implicados”, resume el presentador y cocreador del formato. Aunque cita a Félix Rodríguez de la Fuente, el programa recuerda en espíritu al Labordeta de Un país en la mochila, por cómo relaciona culturas culinarias de las regiones y problemas sociales. “Mostramos alternativas en marcha y elevamos las ideas y convicciones de quienes demuestran que otro sistema es posible”, explica. “Hay una crítica al sistema agroalimentario industrial, pero nos centramos en soluciones concretas y viables”. Graduado en Biología de la Conservación, el madrileño no duda en afirmar que “para alimentar a la población de forma sostenible, se debe reducir el desperdicio de alimentos y el consumo de carne y pescado”. Y añade: “La cantidad de comida que acaba en vertederos habría causado un motín hace medio siglo, pero se ha creado una ilusión de abundancia infinita. Debemos luchar contra la destrucción de los ecosistemas y la proliferación de comida industrial que enferma crónicamente a nuestra sociedad”.