
Marta Ganzer, responsable del laboratorio de la planta potabilizadora de Sant Joan Despí (ETAP), explica que la implantación de la ISO 22000 en 2009, junto con la aplicación de tratamientos avançados como la osmosis inversa el mismo año, han permitido garantizar en todo momento la máxima calidad del agua tratada. A todo eso hay que añadir, señala, la existencia en la ETAP de más de un centenar de analizadores en continuo –“una cantidad que prácticamente ninguna otra planta de tratamiento de agua tiene”–, que suponen “una mejora del control de la calidad del agua en todo el proceso de tratamiento”. Además, se miden y controlan en continuo un número de parámetros muy superior al habitual, y algunos de ellos requieren análisis complejos, como en el caso de los metales o los trihalometanos. Según Marta Ganzer, “la automatización del control de la calidad del agua permite reaccionar antes de tener un problema, es decir, con una gestión preventiva y proactiva”.