En este viaje, el público puede experimentar frío, calor o viento, pasear por el interior de un glaciar y vivir con gran realismo, gracias a la tecnología inmersiva 3D, una inundación en Barcelona o la desertificación en un embalse de Cataluña. La exposición, que se inauguró a principios de 2018 y cerró sus puertas el pasado 30 de noviembre, ha estado ubicada en el Reial Cercle Artístic de Barcelona y se ha convertido en una de las grandes atracciones tecnológicas y científicas de la ciudad, gracias tanto al impacto y la sensibilización que ha provocado su mensaje como al medio tan innovador para transmitirlo: la realidad virtual inmersiva. Entre el total de los 48.000 visitantes que han pasado por la exposición, se incluyen 8.200 alumnos de 330 colegios de Cataluña, 2.000 visitantes VIP (autoridades, científicos, etc.), así como un millar de personas procedentes de empresas y diversas entidades.
Tecnología e innovación
The Zone Of Hope ha tenido un gran impacto debido a la combinación de comunicación innovadora y tecnología avanzada para generar concienciación y compromiso. Los visitantes no se han encontrado con escenarios lejanos o desconocidos, sino con lugares que pueden reconocerse fácilmente, como la plaza de España de Barcelona o el embalse de la Baells. La tecnología immersive extreme, única en Europa, recrea y sitúa al público en un escenario en tres dimensiones y 360 grados. Con unas gafas de realidad virtual y un traje con sensores en manos y pies, los usuarios pueden vivir y sentir en primera persona los efectos del cambio climático, como el deshielo y la sequía, y notar el frío y el calor. La exposición, a lo largo de estos dos años, ha ido introduciendo mejoras que eran totalmente necesarias para alcanzar los objetivos marcados, tanto en el relato como también en el ámbito tecnológico.
Impacto educativo
Uno de los aspectos más destacados a lo largo de estos meses es el efecto que The Zone Of Hope ha tenido en la esfera educativa, reflejado en una media mensual de visitas de 500 escolares y la incorporación del material y los contenidos de la exposición en las actividades curriculares. Y aún más: todo el dinero recaudado por The Zone Of Hope se ha destinado íntegramente al concurso escolar The Zone Of Hope Challenge, una iniciativa que busca que los jóvenes desarrollen iniciativas rompedoras y creativas en torno a la gestión sostenible y responsable de los recursos en sus centros educativos para luchar contra el cambio climático. El equipo ganador recibirá financiación para implementar la solución ganadora en el centro educativo correspondiente.
También ha sido considerable la participación de empresas, centros de investigación, universidades, organismos, instituciones y asociaciones, que han sumado 3.000 visitas y han puesto de manifiesto el rigor científico y la vertiente innovadora de la exposición. Eso se ha reflejado en que ha tenido un gran eco en los medios de comunicación y las redes sociales: se han publicado más de cien artículos en prensa escrita y on line y se ha registrado una notable actividad en Facebook, Twitter o Instagram.
The Zone Of Hope cierra sus puertas en el Reial Cercle Artístic de Barcelona, pero su camino no acaba aquí. Está previsto que esta experiencia de realidad inmersiva se traslade en breve a Chile, donde tendrá el mismo formato, pero adaptado a la geografía y a lugares reconocidos por los chilenos.

TOCAR EL FUTURO
Los visitantes de la exposición se adentraban en un mundo inmersivo y descubrían aspectos desconocidos de la emergencia climática.
