Eso explica también que la compañía se haya adelantado muchas veces a la aplicación de las normativas, para conseguir minimizar cualquier riesgo. Un ejemplo es la certificación ISO 22000: Aigües de Barcelona fue la primera empresa en España —y una de las primeras del mundo— en obtener, hace ahora precisamente diez años, esta certificación de la calidad alimentaria, que asegura la garantía sanitaria del agua, equiparándola a cualquier otro alimento.
Esta certificación garantiza que el agua que se suministra a la población cumple el máximo estándar de seguridad, como si se tratara de cualquier producto alimentario. Además, a diferencia del resto de los alimentos, que únicamente pueden controlarse durante el proceso de producción (hasta la salida de la fábrica), la calidad del agua también se asegura a lo largo de todo el transporte y la distribución y hasta que llega a nuestros hogares, mediante centenares de analizadores en continuo (on line) situados a lo largo de toda la red de transporte y distribución del agua.
La digitalización y la aplicación de las tecnologías más avanzadas han impulsado la automatización del control de la calidad del agua, con el despliegue de esta amplia red de analizadores en continuo, elemento clave en el modelo de gestión preventivo actual de la calidad del agua. Eso permite efectuar una monitorización permanente que, aparte de proporcionar información en tiempo real sobre posibles incidencias, ayuda a anticipar tendencias para prevenir futuros incidentes.
24 horas al día los 365 del año
Debido a la importancia de estos analizadores en el actual sistema ISO 22000, la compañía desarrolló hace unos años una plataforma para la validación de sensores on line de la red, que ha ampliado recientemente con una nueva plataforma específica para la planta potabilizadora de Sant Joan Despí. La plataforma de sensores de la ETAP Sant Joan Despí, diseñada dentro del proyecto SPECTROETAP, desarrollado conjuntamente con Cetaqua, es un ejemplo de infraestructura innovadora que, gracias a su flexibilidad y versatilidad, permite evaluar en paralelo múltiples tecnologías en continuo.
La plataforma de sensores recibe un flujo continuado de muestras de más de 30 puntos de diferentes fases de potabilización y tiene elementos necesarios para llevar a cabo 100 experimentaciones y acciones de mantenimiento en las mejores condiciones de seguridad. Una vez terminado el estudio, se evalúa la idoneidad de cada equipo para usarse en una instalación. Este conocimiento ha permitido instalar sensores nuevos, por ejemplo equipos para controlar la carga microbiana del agua tratada por osmosis inversa, o también reubicar sensores que ya estaban instalados pero que no estaban colocados en su ubicación óptima, para darles nuevos usos, como la protección ante posibles ataques intencionados.
Este control permanente de las instalaciones y la red de transporte y distribución del agua se hace desde el Centro de Control Operativo en Collblanc, que supervisa toda la red de manera ininterrumpida las 24 horas del día y los 365 días del año. En este espacio se monitorizan los analizadores distribuidos por la red, que proporcionan información en continuo de los distintos parámetros de la calidad del agua, lo cual permite vigilar de forma preventiva la misma, así como cualquier problema potencial en los propios analizadores.
La supervisión permanente de la red permite garantizar la calidad del agua distribuida a lo largo de su transporte y distribución. De hecho, hay procesos como el de desinfección que pueden verse afectados en algunos puntos del transporte y distribución de agua, cosa que obliga a realizar los ajustes oportunos para mantener la garantía sanitaria del agua hasta el final del proceso de suministro.
Sensibilidad compartida
Además de la implantación de equipos avanzados tecnológicamente para supervisar la calidad del agua, el nuevo paradigma derivado de la ISO 22000 ha hecho que la responsabilidad de este reto no recaiga solo, como sucedía en el pasado, en el laboratorio. La obtención de esta certificación en 2009 ha permitido sensibilizar e involucrar al resto de la organización en relación con la calidad del agua, así como aumentar su implicación en la gestión y la mejora del sistema.
Pero ¿qué ha cambiado desde que Aigües de Barcelona implantó la ISO 22000 hace diez años? El cambio más importante ha sido el drástico descenso experimentado en el número de incidencias e incumplimientos de la calidad del agua respecto a lo que marca la legislación aplicable (RD 140/2003), que prácticamente han desaparecido, así como la gran mejora en los indicadores de calidad del agua.
Es importante destacar que este sistema de gestión, con todas las innovaciones que ha ido incorporando, se está trasladando actualmente a las aguas regeneradas: por ejemplo, se está adaptando la implantación de los planes sanitarios del agua y el modelo ISO 22000 a la gestión de la seguridad de estas aguas, a fin de garantizar la seguridad en el uso del agua regenerada tanto para los usuarios como para el medio ambiente. Se trata de los llamados sanitation safety plans, en los que Aigües de Barcelona está siendo, una vez más, pionera en el ámbito mundial.
Cambios legislativos
Actualmente nos encontramos en un momento de importantes cambios legislativos en materia de calidad del agua. El cambio más relevante es la revisión completa de la Directiva Europea de Aguas de Consumo (Directiva 98/83/ CE), que la Unión Europea lleva un tiempo preparando, cuya aprobación está prevista para los próximos meses. Muchos de los cambios más relevantes ya han sido adoptados por Aigües de Barcelona, que se anticipa una vez más a las nuevas tendencias legislativas.
Entre las nuevas exigencias, destaca la necesidad de disponer de un plan de seguridad del agua, que Aigües de Barcelona ya tiene implantado y certificado por la norma de calidad alimentaria ISO 22000 desde hace diez años. También incluye nuevos mecanismos en el control de la calidad de las aguas de consumo. En este sentido, recientemente se ha concluido la implantación de los métodos de análisis de los nuevos parámetros incluidos en la directiva, antes de que sean legalmente exigibles, y además se han acreditado mediante el estándar internacional más exigente en el ámbito de los laboratorios, la norma ISO 17025. La nueva directiva incluye asimismo la obligatoriedad de proporcionar más información a la ciudadanía sobre la calidad del agua que recibe, información que Aigües de Barcelona ya publica en su web desde hace años, y que está disponible en https://www.aiguesdebarcelona.cat/el-teu-servei-daigua/qualitat-de-laigua
Apuesta por la digitalización
La automatización creciente de los procesos también permite disponer de grandes volúmenes de datos que, con el tratamiento adecuado, pueden llegar a proporcionar mucha información sobre los equipos y ayudar a mejorar la gestión de la red. La digitalización permite recabar grandes cantidades de datos que, procesados mediante el big data, permitirán articular servicios nuevos de valor añadido para los usuarios y también contribuir a mejorar la eficiencia de las operaciones y de la red y la gestión preventiva de la calidad del agua.
En una primera fase, la digitalización se está aplicando a la telemedida de los contadores, que permite controlar on line y casi al instante nuestro consumo de agua, lo que resulta especialmente útil para detectar fugas. Además, pueden instalarse alertas para avisar de consumos anómalos.
En el futuro, el objetivo es incorporar toda clase de datos sensóricos extraídos de la red de transporte y distribución. A partir de abril de 2020, la apuesta es obtener más información de estos parámetros: además de garantizar un mejor servicio en el suministro, será posible usar la información histórica para elaborar patrones de consumo, que permiten generar predicciones de demanda, hecho que se traduce en una mejora continua de la gestión del servicio. Al obtener diagnósticos de funcionamiento más complejos, pueden detectarse precozmente situaciones que podrían alterar el servicio, todo en beneficio de la gestión responsable, social y sostenible de la calidad del agua.

EL CEREBRO DE LA RED
Panorámica del videowall del Centro de Control Operativo (CCO), en Collblanc.

PROBAR LA TECNOLOGÍA
Uno de los sensores que se prueban en la plataforma de validación de sensórica instalada en la sede de Collblanc de Aigües de Barcelona.

UNA LABOR CONTINUA
Un técnico de Gestión de Calidad del agua efectúa un control en la red de distribución.
