Fanático Asiakō Totó Mazarino Fanático Este restaurante no un circo, aunque a primera vista lo parezca. No solo por un gran elefante que recibe al comensal o por los espectáculos en directo que acom-pañan en las cenas. Aquí, por lo único que se hacen malabares es por conseguir una mesa libre. La car-ta está surtida de gastronomía nacional, desde una buena ensaladilla rusa a unas croquetas cremosas de jamón ibérico o unas rabas de calamar con huevo frito. ¿Simple? Podría parecer, pero no todos aciertan con los clásicos. Aquí sí, y además, el cliente sale contento y con ganas de continuar la noche. Paseo de la Castellana, 43. grupocarbon.es Asiakō Existen en las ciudades bandadas de seguidores de restaurantes asiáticos que celebran las nuevas aper-turas y catan las novedades de las cartas de esta coci-na de modo compulsivo. Todos saben que cualquiera de las dos sedes de Sr. Ito ocupa un lugar esencial en el top 5 de la capital. Ahora suman un tercero de esta saga, Asiakō, cuyo nombre significa asiático en euske-ra y la sílaba kō se traduce como niña bonita en japo-nés. ¿Enrevesado nombre? Para nada, si se sabe que aquí se mezcla la auténtica parrilla del País Vasco con la explosión de sabores y técnicas asiáticas Marqués de Riscal, 5. srito.es/asiako Totó ¿Dónde iría a comer Luchino Visconti o Vittorio De Sica a si estuvieran en Madrid en 2022? Pues seguramente a este restaurante italiano, de la familia del ya famoso Tatel, donde se recrea el buen gusto estético que reina-ba en el cine neorrealista de los años cincuenta. Cocina tradicional desde el mediodía hasta la cena, pero con música en directo, si no no estaríamos en un restau-rante del siglo XXI (atención al piano del escenario). Coctelería a raudales en su barra y vinos italianos (por supuesto) cierran el círculo. Paseo de las Castellana, 38. totorestaurants.com Mazarino Desde los años setenta lleva este bar-restauran-te haciendo entender a los ilustres del barrio que una buena mesa ayuda a cerrar mejor los negocios. Ahora toca darlo a conocer a las nuevas generacio-nes, y por eso este emblema de Chamberí se renue-va sin perder su esencia de culto: cocina tradicional, camareros impolutos y estética distinguida. Renace con las cosas bien hechas, para que todos podamos morder con gusto su famoso escalope o su tarta de queso Ibarrola o el tocinillo de cielo. Eduardo Dato, 13. mazarinobar.com