PROFESIÓN / MUSAAT Para el hormigón armado, el fenómeno de carbonata-ción puede ser el origen de serios daños estructurales. Como sabemos, la elevada alcalinidad que le confiere el cemento (pH>12), hace que el hormigón proteja al acero de la corrosión. Sin embargo, la carbonatación reduce la alcalinidad (pH<9), teniendo como consecuencia la pér-dida de la capacidad pasivante del acero, lo que favorece la oxidación. El desarrollo de la carbonatación depende en gran medida de diversos factores, entre los que se encuen-tran: el contenido de CO2 en la atmósfera, permeabili-dad del hormigón, cantidad de sustancia carbonatable (tipo y contenido de cemento) y la humedad relativa del ambiente. El aumento de la relación agua-cemento favorece el proceso de carbonatación, al proporcionar hormigones más permeables. Se estima que un hormigón con relación agua-cemento de 0,7 presenta una profundidad de car-bonatación del orden del doble que uno con relación 0,5. En general, la oxidación y/o corrosión del acero se acompaña siempre con un aumento de volumen de la barra, lo que provoca generalmente el desprendimiento del hormigón que recubre al acero. HORMIGÓN NO CARBONATADO (Fucsia intenso) HORMIGÓN CARBONATADO (Incoloro: 4 cm.) Figura 9: deter-minación de la profundidad de carbonatación en testigo de hormigón de un pilar. “Test de fenolftaleína”. Figura 7: corrosión de las armaduras y desprendimiento del hormigón de un pilar. Figura 8: oxidación/corrosión del armado inferior de viga de forjado. Deficiente recubrimiento del armado.