HABLA GEOSEC PARA CERCHA Más información en: www.geosec.es/cimentaciones-especiales/micropilotes/ SOLUCIÓN para el recalce de la cimenta-ción. La altura de maniobra existente con el primer forjado y el trabajar con escaso espacio, unido a la ausencia de ruidos, vibraciones, maquinaria y uso de agua, fueron fundamentales en la elección del método. Para proceder a la rehabilitación integral del edi-ficio, se optó por el recalce de toda la estructura con micropilotes Groundfix, de diámetro 114,3 x 8 mm de acero estructural S355, realizados con presión con-tinua hasta alcanzar, al menos, la carga asignada a cada uno de ellos en proyecto. Estos micropilotes es-tán formados por elementos modulares de un metro machihembrados que, a medida que se lleva a cabo la hinca, se enroscan unos con otros hasta formar la unidad estructural que, en profundidad y por punta, llegue al sustrato competente. El control de la hinca en cada micropilote se realiza con manómetro certifi-cado unido a la centralita electrohidráulica, midiendo la presión de hinca que equivale a la fuerza en kN asignada a cada micropilote en particular. La equiva-lencia se obtiene a través de la sección del vástago del gato de empuje, lo que permite monitorizar los mi-cropilotes y garantiza que alcanzan la carga asignada de proyecto. El objetivo fue el recalce de la cimenta-ción tanto de los pilares centrales, como del muro de carga perimetral, garantizando la total seguridad del edificio. En primer lugar, en los pilares se realizaron ence-pados provisionales por encima de la cota de la ci-mentación original. Estos encepados se unieron a la estructura metálica original por soldadura. Durante su ejecución, se colocaron, de manera solidaria a la armadura, camisas metálicas a modo de pasatubos, a través de los cuales, una vez realizado el hormigo-nado de la cimentación provisional, se hincan y enros-can los diferentes módulos que forman el micro. Es-tas camisas poseen hendiduras que permiten acoplar el gato y, por contraste o reacción, realizar la fuerza de hinca necesaria. Así, el tubo camisa queda embe-bido durante el hormigonado del encepado. Este en-cepado, y la estructura a la que está unido, representa el elemento de contraste para realizar la hinca del mi-cropilote. Una vez hormigonados los encepados provisiona-les, y esperando el tiempo necesario para su fraguado y curado, se procede al hincado de los micropilotes. Los micropilotes hincados se llevan a las presiones de diseño y profundidad, alcanzando de media 9-10 m, como auguraba el estudio geotécnico cuando es-tablecía una cota del firme entre 8 y 10 m. Simultá-neamente, se ejecutaron los micropilotes de muro perimetral que, en este caso, fueron encepados defi-nitivos descentrados realizados por bataches, con los tubos camisa igualmente solidarizados. A continuación, se realizó la excavación por debajo de los encepados provisionales hasta la cota final de vaciado. Se retiró la cimentación original, se colocó la prolongación de los pilares y finalmente se ejecutó el encepado definitivo abrazando los micropilotes ejecu-tados. Una de las zonas más impresionantes de la obra fue la realización de un parking robotizado, que afec-taba a pilares cuyas cargas a cimentación eran de 250 t y requerían una profundidad de vaciado mayor. Convenientemente diseñados, con arriostramientos para evitar pandeos, tras esta operación se demuelen los encepados provisionales, una vez que los encepa-dos definitivos han entrado en carga. Rapidez, solidez y pulcritud. El sistema de micropilotes Groundfix usado en este edificio singu-lar ofrece enormes ventajas en el proceso de trabajo: por un lado, se logra una rapidez de ejecución que sobrepasa con creces a la del micropilote tradicional; por otro, el sistema utilizado evita vibraciones, detri-tus, polvo, barro, humos y ruido, lo que en obras de rehabilitación es un elemento determinante para la viabilidad de su ejecución, ofreciendo total seguridad y garantía en sus resultados. En el análisis detallado de la cimentación, se detectó que los pilares metálicos tenían una placa base acartelada que apoyaba sobre una basa de granito, bajo la cual había un plinto de ladrillo que a su vez apoyaba directamente sobre el cimiento. El plinto de fábrica sobre el que nacían los pilares, trabajaba a tensiones excesivas en las comprobaciones realizadas. La conclusión fue que la adecuación a la normativa actual y la presencia de rellenos obligaban a la sustitución de la cimentación original. En los pilares se realizaron encepados provisionales por encima de la cota de la cimentación original. Éstos encepados se unieron a la estructura metálica original por soldadura . Los micropilotes hincados fueron llevados a las presiones de diseño, y su profundidad alcanzando de media 9,00-10,00 m., como auguraba el estudio geotécnico cuando establecía una cota del firme entre 8,00 y 10,00 m. Simultáneamente se ejecutaron los micropilotes de muro perimetral que, en este caso, fueron encepados definitivos descentrados realizados por bataches , con los tubos camisa igualmente solidarizados. A continuación, se realizó la excavación por debajo de los encepados provisionales hasta la cota final de vaciado, retirando la cimentación original, se colocó la prolongación de los pilares y finalmente se procedió a la ejecución del encepado definitivo abrazando los micropilotes ejecutados Una de las zonas más impresionantes de la obra fue la correspondiente a la realización de un parking robotizado, que afectaba a pilares cuyas cargas a cimentación era de 250 t y requerían de una profundidad de vaciado mayor. Convenientemente diseñados, con arriostramientos para evitar pandeos, se procede a la demolición de los encepados provisionales, una vez que los encepados definitivos ya han entrado en carga.