Ostras Marennes Casas ostrícolas en Marennes © Cécile TRIBALLIER / CMT © Elsa COEFFE / CMT Unos metros más al lá una niña baja Se acerca el final y la nostalgia se deja ese instante, pero había que terminar de su bici y la empuja tratando de colar. el viaje. mantener el equil ibrio. Llego a su En el último tramo nos internamos Tras esta montaña rusa de emociones lado, pienso bajar de mi bici para en La Tremblade. Un camino lleno de y aprendizajes, el último tramo de la ayudarla, pero supe que si me pa- pinos marinos y dunas que esconden ruta sirvió para procesar y llegar a la raba en ese momento habría per- espectaculares playas. Llegamos al úl- dido. Con todo el dolor seguí mien- meta: Lacanau. Un grupo de amigos tras me repetía: « vamos que sí se timo camping con un poco de dificul- nos esperaba echándonos porras. To- puede ». Llego a la cima del puente tad. Casi nos equivocamos de camino, dos los días son una oportunidad para casi sin respiración, con la gagata no teníamos batería en el teléfono, ni dejarse sorprender. Está en nosotros seca, pero con una felicidad que solo en las baterías auxiliares, y además aprovecharla. las pequeñas victorias nos dejan sa- perdimos la guía de la Vélodyssée. borear. Prueba superada. Finalmente, cual exploradores, deci- Orange recomienda: Estamos en la isla de Ré. Después dimos confiar en nuestra intuición y Un recorrido por Francia en 1.000 de cuatro días de pedaleo, el cuerpo llegamos. Nos instalamos en medio quesos es el atractivo concepto de es incapaz de procesar todo lo vi- de todos los surfistas y, a las seis de « Vélo & Fromages ». Un recorrido vido. Las piernas piden paciencia y la tarde, una horda de gente empezó deportivo, pero sobre todo gastro- la mente tiene ganas de un poco de a correr en dirección de la playa. No nómico, que ofrece 123 itinerarios calma. entendimos qué pasaba, así que los de descubrimiento a lo largo de seguimos. Nunca pensamos que de- vías verdes y carriles bici en 51 de- Al quinto día retomamos el camino trás de esa duna íbamos a disfrutar partamentos. El programa incluye casi con más fuerza que el primero. del mejor atardecer de todo el viaje. encuentros con artesanos y produc- Pedalear es una adicción y el cuerpo tores locales en los mercados, visitas pide más. Aprendes a equilibrarte, a Doce horas después las ganas de pensar con claridad y a saber que la ir al baño me ganaron en medio de a explotaciones lecheras y bodegas una noche fría. Con mucha flojera me de maduración, sabrosos tal leres y, prioridad no es l legar ni la primera por supuesto, degustaciones ilimita- ni exhausta, sino llegar con el entu- puse las medias, los zapatos, abrí la das de quesos blandos y duros. Una siasmo intacto. Cada etapa o, mejor carpa y salí. No me podía creer lo que forma muy indulgente de chuparse dicho, cada día ha sido un aprendizaje, veía. La luna empezaba a ocultarse. kilómetros. Y no te olvides de com- una sorpresa. Llegamos a Marennes. Nunca había visto este espectáculo, partir estos platos de quesos gracias Un lugar hospitalario. El dueño del ni siquiera sabía cómo se l lamaba. a la red de Orange. camping nos dio una clase de his- Entendí que esto no era una casua- toria en cinco minutos y muchas re- lidad. Decidí aprovechar el empujón comendaciones locales. Gracias a él, para ir a ver la puesta de la luna (el cenamos en una granja ostrícola de la término lo aprendí después gracias a zona atendida por sus dueños. San Google). Me hubiese quedado en Página 41